La apertura de una cámara de fotos, también conocida como número f, nos indica la luminosidad del objetivo que incorpora. Esto es, la capacidad de que llegue al sensor más o menos luz a traves del diafragma. Una apertura mayor, representada por un número f menor, dejará pasar más luz que una apertura menor (f mayor).
La apertura de un objetivo viene reflejado por los valores máximos para las focales extremas en el caso de un objetivo zoom, o un solo valor, el máximo, en el caso de objetivos fijos.
La entrada de mayor o menor luz al sensor tiene consecuencias directas a la hora de permitirnos una mayor velocidad de disparo e imágenes con menos ruido en condiciones de poca luminosidad. Esto es así porque podremos escoger velocidad de obturación y sensibilidad más reducidas respectivamente.

Pero la apertura también está relacionada directamente con la profundidad de campo. De forma sencilla estamos hablando de la distancia por delante y por detrás del punto enfocado que aparece con nitidez en la foto. Si la apertura es grande, se reduce esa distancia, consiguiendo efectos como el bokeh. Si por el contrario la apertura del objetivo es reducida (f grande), podremos disponer de más elementos nítidos en la imagen que queremos tomar.
Precisamente por eso, la nitidez está relacionada con la apertura, de manera que de forma general, los objetivos ofrecen una mayor nitidez con determinadas aperturas del diafragma, que suele estar entre f8 y f11. Al cerrar el diafragma evitamos aberraciones cromáticas y distorsiones, y en teoría deberíamos obtener más nitidez, pero la difracción aumenta y perdemos por lo tanto nitidez. Si aumentamos la apertura, la nitidez aumenta sobre el papel pero aparecen otros problemas asociados.
La apertura en los smarpthones
Si nos ceñimos ahora al rol de la apertura en las características fotográficas de los smartphones, podemos afirmar que, de entrada, tener una mayor apertura (número f más pequeño) en la cámara de un smartphone es una buena noticia. Nos da la posibilidad como hemos dicho de que llegue más luz al sensor.
De forma general, el paso de una f2.4 a una f2.0 supondrá que en el segundo caso estemos dejando pasar un 50% más de luz. Eso beneficiará a la velocidad de disparo y también al ruido teórico que obtendremos en la imagen con poca luz al no tener que optar por sensibilidades altas.

Pero si ya en fotografía "de mayores" no se puede considerar el número f como una cifra única ni aislada que nos ayude con la calidad de imagen, en fotografía con un smartphone todavía es más complicado relacionar una mayor apertura con mejor calidad de imagen de forma directa. El sistema fotográfico se compone de muchos elementos, desde el procesador al tamaño del sensor, y por ejemplo, una apertura más grande va a demandar lentes de mayor calidad y más caras. Apostar pues por una f baja requerirá que otros elementos de la cámara acompañen para obtener realmente resultados mejorados.
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